El tema de este año, “La naturaleza al servicio del agua”, se centra en
explorar cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que
plantea el agua en el siglo XXI.
Uso del agua en el mundo:
El 70% del agua se destina a la
agricultura, principalmente a la irrigación
El 20 % se destina a industria
El 10 % restante se destina al
uso doméstico, siendo el porcentaje utilizado para el agua potable muy
inferior al 1 %.
En la actualidad, más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de su hogar
Los problemas medioambientales, junto con el cambo climático junto, provocan las crisis asociadas a los recursos de agua que ocurren en todo el mundo. Las inundaciones, sequías y la contaminación del agua se agravan con la degradación de la cubierta vegetal, los suelos, los ríos y los lagos.
Más del 80% de las aguas residuales generadas por la sociedad vuelve al medioambiente sin haber sido tratada ni reutilizada.
Hoy en día alrededor de 1.800 millones de personas se ven afectadas por la degradación y la desertificación de las tierras. Al menos el 65 % de las tierras forestales están degradadas.
Se estima que desde 1900 se han perdido entre un 64 y un 71 % de los humedales naturales a causa de la actividad humana.
La Unesco anima a buscar
Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN),
promocionar una "infraestructura verde", en contraposición a la
"infraestructura gris" de la urbanización y el cemento.
Ejemplo:
Las "ciudades esponja" de China, que se
proponen reciclar el 70 % del agua de lluvia mediante suelos más
permeables y dispositivos de colecta, almacenamiento y purificación, y
rehabilitando los humedales aledaños.
Oros ejemplos de Soluciones basadas en la Naturaleza son la reforestación, la restauración de ecosistemas de riberas, la creación de zonas naturales de inundación para retener agua en
episodios de lluvias extremas; o la depuración y mejora de la calidad
del agua a través de sistemas de humedales (fito-remediación)
Detrás de las soluciones basadas en la Naturaleza hay un cambio de mentalidad: pasar de ser pasivos beneficiarios de los productos y
servicios de la naturaleza, a protegerla, gestionarla y
restaurar activamente y de forma estratégica los ecosistemas,
ayudando así a resolver los desafíos de desarrollo y reducción de la
pobreza.
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