jueves, 19 de julio de 2018

Cuento: Las arrugas



Era un día soleado de otoño la primera vez que Bárbara se fijó en que el abuelo tenía muchísimas arrugas, no sólo en la cara, sino por todas partes.

- Abuelo, deberías darte la crema de mamá para las arrugas.

El abuelo sonrió, y un montón de arrugas aparecieron en su cara.

- ¿Lo ves? Tienes demasiadas arrugas

- Ya lo sé Bárbara. Es que soy un poco viejo... Pero no quiero perder ni una sola de mis arrugas. Debajo de cada una guardo el recuerdo de algo que aprendí.

A Bárbara se le abrieron los ojos como si hubiera descubierto un tesoro, y así los mantuvo mientras el abuelo le enseñaba la arruga en la que guardaba el día que aprendió que era mejor perdonar que guardar rencor, o aquella otra que decía que escuchar era mejor que hablar, esa otra enorme que mostraba que es más importante dar que recibir o una muy escondida que decía que no había nada mejor que pasar el tiempo con los niños...

Desde aquel día, a Bárbara su abuelo le parecía cada día más guapo, y con cada arruga que aparecía en su rostro, la niña acudía corriendo para ver qué nueva lección había aprendido. Hasta que en una de aquellas charlas, fue su abuelo quien descubrió una pequeña arruga en el cuello de la niña:

- ¿Y tú? ¿Qué lección guardas ahí?

Bárbara se quedó pensando un momento. Luego sonrió y dijo

- Que no importa lo viejito que llegues a ser abuelo, porque.... ¡te quiero!

Cuento: El abuelo y el nieto


Hace mucho tiempo vivía un viejecito en una pequeña aldea muy cerca de un valle rodeado de altas montañas.
El pobre apenas podía ver, su visión era turbia. Le costaba mucho oír y sus rodillas temblaban, y le costaba mucho esfuerzo andar.
Se trastabillaba de continuo. Caía al suelo muy a menudo, dando con sus huesos en el frío y duro suelo.
Cuando comía apenas tenía fuerza para levantar la cuchara. Le temblaba el pulso y siempre manchaba de comida el mantel su propia ropa.
Por todo esto, la mujer de su hijo y su propio hijo sentían bastante asco. El pobre anciano se dio cuenta y decidió comer separado de su familia.

Aunque el pobre hombre se esforzaba, cada día se manchaba más y su familia cada día le hacía menos caso. El pobre viejecito lloraba casi a diario.
Hasta que llegó un día en que el hombre ya no podía ni aguantar su cuenco de comida. Se le cayó, ensució el suelo y se rompió en pedazos. Por todo eso, su nuera le regañó y le habló de manera grosera.
El pobre anciano no se atrevió ni a mirarla. Se resignó a bajar la mirada y la cabeza.
Por la tarde el hijo y la nuera fueron al mercado del pueblo. Allí vieron a un hombre tan mayor como el pobre viejo. Pero iba muy arreglado aunque con ropas estrafalarias. Vendía cuencos, y compraron uno.
Cuando el matrimonio llego a casa vieron a su pequeño hijo de cuatro años intentando arreglar el cuenco roto. Le preguntaron qué hacía. La respuesta les dejó helados. Quería juntar los trozos y arreglar el cuenco para dar de comer a papá y a mamá cuando fueran viejos.
El niño no quería que sus padres se sintieran tristes de mayores como su abuelo.
Los padres miraron al niño y se sintieron culpables. A partir de ese día el abuelo volvió a comer en la mesa con toda la familia. Todos lo trataban con la máxima amabilidad. Y así es como el pobre viejo se volvió a sentir querido y feliz.




domingo, 15 de julio de 2018

Ideas para el Día de los Abuelos

Como abuela que soy, pienso que la mejor forma de celebrar ese día es disfrutarlo con ellos y expresarles lo que sentís por ellos. Si no podéis celebrar con ellos ese día, creo que lo que más les agradaría sería recibir vuestras palabras con una carta, email o un wasap.
Si además de ello queréis hacerles algún detalle, lo que más alegrará su corazón será algo que hayáis hecho vosotros mismos. Os dejo aquí algunas ideas que "he pescado" por la red.

Podéis cambiar los dibujos por las fotos de vuestros abuelos.

Podéis hacerles una tarjeta de felicitación




Si sois muy "manitas" y queréis dedicarles más tiempo podéis hacer algo así

Esta medalla os puede servir agregando "abuelo" o " abuela"

o este otro modelo



También podéis personalizarles una taza de cerámica pintándoles dibujos o frases con rotuladores específicos para cerámica


26 de julio, Día de los Abuelos


¿Qué es el Día de los abuelos?
Una celebración en honor de los abuelos por reconocer el importante y variado papel que desarrollan en las familias.
Algunos son personas de cierta edad de modo que sus esfuerzos deben ser doblemente valorados si tenemos en cuenta que pueden tener alguna dolencia y están cansadas tras una vida llena de trabajo y sacrificio.


¿Cuándo se celebra?
En España el 26 de julio coincidiendo con la festividad de San Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesús. Se empezó a celebrar 1998, promovida por la Fundación Mensajeros de la Paz del padre Ángel

¿Dónde se celebra?
En muchos de países latinoamericanos. Canadá, Reino Unido o Italia lo celebran en los primeros días del mes de octubre.


Algunas frases sobre los abuelos

Seguramente dos de las experiencias más satisfactorias de la vida son ser nieto/a  o ser abuelo/a. -Donald A. Norberg.

Lo que los niños necesitan más son los elementos que los abuelos proveen en abundancia. Dan amor incondicional, amabilidad, paciencia, humor, comodidad, lecciones de vida. Y lo más importante, galletas. -Rudy Giuliani.
Los abuelos, al igual que los héroes, son tan necesarios para el crecimiento de los niños como las vitaminas. -Joyce Allston.

Los abuelos son una deliciosa mezcla de risas, historias maravillosas y amor.


Los abuelos son magos que crean recuerdos maravillosos para sus nietos.

Un/a  abuelo/a  es alguien con plata en su cabello y oro en su corazón.


Una abuela es una maravillosa madre con muchos años de práctica. Un abuelo es un hombre viejo por fuera pero que aún es un niño por dentro.

No hay lugar como el hogar, excepto la casa de la abuela.

Las relaciones entre abuelas y nietos son simples. Las abuelas critican poco y dan mucho amor.

La abuela siempre te hace sentir que había estado esperando para verte sólo a ti todo el día y ahora el día está completo. -Marcy DeMaree.