Aquel día iba paseando por la calle cuando de momento escuché ¡PUM!¡PUM!. Toda la gente se fue corriendo excepto yo que no dudé ni un segundo en llamar a mis compañeros Pau, Héctor y Sergi, policías como yo.
Cuando llegaron fuimos a ver el edificio desde procedían los disparos. Cuando inspeccionábamos el edificio encontramos una puerta abierta y al entrar vimos una persona muerta. Cogimos el cadáver y nos fuimos a la comisaría. Al cabo de una hora nos dijeron que la víctima se llamaba Pablo Serrano Escuder. También nos informaron de que había muerto por dos balas al corazón.
Fuimos a su casa y encontramos huellas del asesino, las examinaamos y era de un hombre llamado Carlos Montañés Ferrer que vivía en Barcelona. Rápidamente fuimos a buscarlo y al llegar a su calle coincidió que salía a toda velocidad del garaje. Le seguimos y tras 30 minutos de persecución le pillamos y lo llevamos a la cárcel donde pasaría 20 años.
Autor: Marc Albalat
Soy Alberto Demian.
ResponderEliminarme encanta el cuento, bravo Marc !